El
lugar reunía las condiciones idóneas para celebrar el almuerzo y la sobremesa
amenizada, pues el Salón del Centro Cultural de los Ejércitos era lo
suficientemente espacioso para acomodar holgadamente a todos los comensales,
así como para realizar allí mismo las actuaciones previstas, incluyendo el
baile de fin de fiesta.
Ejerció
de anfitrión el tenor Aurelio Pedrós, quien con todo esmero había concertado y
preparado los detalles y pormenores de la fraternal comida y agradeció a los
presentes su asistencia. El menú ofrecía dos opciones, entre ellas la típica
paella y el xuquet de peix, para terminar con la tarta de queso o helado.
Se
aprovechó la ocasión para felicitar al Director Musical, José Carlos Diago, que
había cumplido años la semana anterior, y fue obsequiado con un dulce piano de
chocolate y una bonita tarta, entonando los coralistas el cumpleaños feliz en su honor. Merece aquí una mención muy especial la
original labor de creatividad del trabajo que con todo cariño ha realizado
nuestra querida compañera soprano Amparo Priego, como responsable de la Vocalia
de Sociales, que se ha encargado de diseñar la temática y gestionar la
elaboración de las dos tartas tan graciosas que se le regalaron a José Carlos. Nuestro aplauso y merecido reconocimiento a esta iniciativa de
Amparo que sabemos que con sus dotes artísticas siempre nos va a sorprender y
llenar de orgullo y admiración.
Actuando
como presentador de las actuaciones de la sobremesa, el tenor Pedro Tébar
introdujo a Encarna Gómez quien relató en esta ocasión unos cuentos de Blasco
Ibáñez, que le valieron fuertes aplausos.
José Luis Mansilla deleitó con su guitarra ofreciendo una
pieza melódica medieval anónima y a continuación, la aparición de Doña Rogelia
con Mari Carmen, personajes que interpretaban Cristina Cordón y Ángela Navarro provocó
grandes carcajadas de los coralistas hasta el final de su actuación.
Seguidamente,
Juan Artés invitó a los coralistas a cantar las canciones populares que tocaba
con su guitarra. Y continuó la fiesta hasta el final de la tarde, con las
clases de la Profesora de baile Raquel Martín y la música de pasodobles
preparada por el tenor Francisco Beltrán, que procuró gran diversión a los
asistentes a esta Comida de la Fraternidad. J. Guillot.
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